Las últimos Encuetros de Anilladores del CMA han tenido lugar en Gran Canaria (Dic-2009), lo que nos ha permitido tener un interesante contacto con la ornitofauna de esa isla. Hay infinidad de asuntos interesantes que llaman la atención en las islas. Una de las primeras cosas que observas es qeu en las ciudades no hay ni gorriones ni estorninos ni urracas... tres de los principales componentes de la fauna en las ciudades del continente. Sin embargo la presencia de mosquiteros canarios y de mirlos es abrumadora, aunque no puedes dejar de tener la sensación de que estas especies dominantes no llegan a generar suficiente densidad como para observar abundancias importantes, hay pocas aves en la ciudad. Este hecho en si mismo merecería un estudio a fondo.
La peculiaridad de esta estructura se traslada al campo. Allí la vegetación tiene una estructura mucho más compleja y hay gran cantidad de aves, con mejores densidades, aunque la riqueza de especies es baja. Para una muestra en un área de unas 10 ha. detecto 81 aves de 14 especies, mientras que el dia siguiente, tras el viaje de vuelta, en mi parcela de cultivos abandonados en Benicàssim, en una superficie similar, detecto 142 aves de 24 especies distintas. Bien es cierto que esta comparativa no es del todo correcta, ya que en ambas zonas los ciclos están en un momento distinto. En las Canarias muchas aves comienzan ahora la cría, las temperaturas son todo el año muy suaves y no suponen una limitación a la productividad, por lo que los ciclos anuales los marcan las lluvias, y es precisamente durante el invierno cuando más llueve y por lo tanto cuando más productividad hay y en consecuencia algunas aves comienzan durante los meses de diciembre y enero sus ciclos de cría. De hecho, los mosquiteros del área que estudiamos se encontraban en pleno apogeo vocal, muchos de ellos cantando activamente, y un ejemplar que capturamos tenía una placa incipiente al estar perdiendo ya algunas plumas. Si comparamos la riqueza y la abundancia con un dia de finales del mes de mayo o principios de junio podríamos estar hablando de entre 15 y 20 especies, aunque por la presencia de vencejos, golondrinas y estorninos el volumen de aves sería aún más alto... en cualquier caso las comparativas no hay que llevarlas más allá, la ornitofauna canaria tiene peculiaridades que merecen descripciones independientes.
Por lo que respecta a las especies que observamos, una de las más interesante a primera vista es el mosquitero canario (Phylloscopus canariensis). Se trata de un mosquitero más pequeño que collybita, con alas más redondeadas, (P2 a duras penas llega a P10). La mayoría de los ejemplares eran de color apagado, entre gris y verde con una pincelada de amarillo, un color complejo de definir. Cola algo más larga, pico aparentemente algo más largo y quizás ligeramente decurvado, partes inferiores con un tono amarillo algo anaranjado centrado en el pecho y los flancos que contrasta con las infracobertoras alares amarillo bastante vivo, aunque algunos ejemplares eran amarillentos.
Casi todos los ejemplares observados presentaban el borde de las primarias una fina linea amarilla que contrastaba bien con el fondo pálido creando un panel visible. Las patas no son negras, sino que tenían un tono marrón suave, con el color del pie indistinto algo más claro, y por último, el anillo ocular está formado por una linea de plumas que ocupa tan solo la mitad inferior del ojo, de color blanco y ancho, siendo este aparentemente un caracter diagnóstico, ya que se observa en todos los ejemplares.
El canto es potente y muy variado, el chip chap típico está adornado con trinos de lo más curiosos, algunos recuerdan increíblemente a una cetia, otros a un chochín y aunque no tuvimos tiempo de asimilar toda la variedad de sonidos, se podían escuchar notas sueltas que nunca dirías que corresponden a un mosquitero. En cuanto al comportamiento, se le veía deambular en todos los estratos, quizás lo más llamativo es que se le observaba en el suelo con cierta frecuencia, y también en los arbustos y árboles a todos los niveles, quizás con cierta preferencia por zonas algo más abiertas. Se formaban auténticas peleas por las plantas con flores, en concreto una agave concitaba expectación de varios ejemplares, todos con los bigotes sucios de polen.
Todas estas cualidades hacen a esta ave sumamente llamativa, la variedad en el canto por ejemplo invita a pensar en una posible relación con la variedad de nichos que ocupa, lo que unido a las adaptaciones morfológicas hacen del mosquitero canario una materia de estudio de lo más apasionante.